GER.— El amor y la obligación no sólo me mandan, pero porfiadamente me fuerzan, amiga Teodora, a que os diga mi sentimiento. TEO.— ¿En qué materia, Gerarda ? GER.— De Dorotea, vuestra hija. TEO.— No es tanto que ella yerre como que vos lo advirtáis. GER.— Como eso puede nuestra amistad antigua y el amor que la tengo. TEO... ©Electre 2025