La bruja Tiburcia es la que cuida de Nana y Nano cuando sus padres no están. Además, es una bruja malísima que no aguanta el desorden. Un día que se queda cuidando a los niños, les empieza a gritar por todo lo que hacen. De repente Nana empieza a encoger más y más hasta que se queda muy pequeña. Su hermano quiere ayudarla a volver a su tamaño normal, pero no sabe cómo. Intentan de todo, pero no funciona. Al final, se dan por vencidos. Nano le dice a su hermana que no importa que sea pequeña porque él la va a querer igual. Además, ella va a ser igual de lista y de guapa... De repente, Nana empieza a crecer otra vez. Y es que sólo necesitaba un poco de cariño y de autoestima. Nana decide que no volverá a encoger le digan lo que le digan.