Urgía actualizar una de las tradiciones más fecundas de la espiritualidad cristiana: la contemplación afectiva del Evangelio. Pero para ello no bastaba con reproducir a los grandes maestros y testigos (Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz). Había que abordar la problemática actual en torno a la figura de Jesús. Javier Garrido escribe apasionadamente ("se puede acaso hablar neutralmente de Jesús?) y con la lucidez de trazar un itinerario espiritual en el que lo antropológico y lo teologal se entremezclan y enriquecen.